Cerveza belga, también llamada del cochero,
8% alcohol, de alta fermentación y filtrada
La Pauwel Kwak es una cerveza belga tostada y brillante, con aromas de malta tostada,
tierra y regaliz, un sabor a plátano caramelizado, turrón y un toque afrutado
al final. Debe ser servida entre 5º y 6º de temperatura,
El vaso característico tiene una forma que provoca que
pensemos en probetas y matraces más propios de un laboratorio, o incluso en un
reloj de arena. Tiene forma alargada, en la base es como un pequeño balón,
estrechándose luego en el cuello, para volver a ensancharse de forma paulatina
hasta el extremo superior.
Dado que la base es más estrecha que la parte superior, el vaso se acompaña de una estructura de madera, para mantenerlo erguido. Es tal, la curiosidad que despierta el curioso recipiente, que mucha gente en las cervecerías, cuando ve que a alguien le sirven una Kwak, se siente intrigado y pide una. Lo cierto es que cuando uno no la conoce, pudiera pensar que le están sirviendo una pócima. Pero cuidado, hay que beberla correctamente. Mucha gente piensa que se ha de asir el vaso por el asa de la estructura de madera, y no es correcto. Hay que separar el vaso de cristal de dicha estructura, tomar un sorbo, y volverlo a dejar acoplado al asidero de madera, para que pueda permanecer de pie, esperando al siguiente trago.
Dado que la base es más estrecha que la parte superior, el vaso se acompaña de una estructura de madera, para mantenerlo erguido. Es tal, la curiosidad que despierta el curioso recipiente, que mucha gente en las cervecerías, cuando ve que a alguien le sirven una Kwak, se siente intrigado y pide una. Lo cierto es que cuando uno no la conoce, pudiera pensar que le están sirviendo una pócima. Pero cuidado, hay que beberla correctamente. Mucha gente piensa que se ha de asir el vaso por el asa de la estructura de madera, y no es correcto. Hay que separar el vaso de cristal de dicha estructura, tomar un sorbo, y volverlo a dejar acoplado al asidero de madera, para que pueda permanecer de pie, esperando al siguiente trago.
El origen tan curioso recipiente tiene su propia
historia:
A principios del siglo XIX Napoleón dictó una ley en la que se prohibía a los conductores de carruajes, poder bajar del carro durante las paradas que efectuaban en posadas y tabernas por el camino.
A principios del siglo XIX Napoleón dictó una ley en la que se prohibía a los conductores de carruajes, poder bajar del carro durante las paradas que efectuaban en posadas y tabernas por el camino.
Pauwel Kwak, un tabernero de la época, pensó en una curiosa idea para permitir que los
conductores de carruajes no se quedaran sin beber, y de esta forma ampliar el
negocio. La idea consistía añadir al carro un gancho de sujeción de madera de
modo que el vaso, una copa con una forma peculiar y característica con el
cuello más estrecho que los extremos, se pudiera acoplar y fijar en el
pescante. De esa manera el conductor del carro podría beber sin tener que
moverse de su puesto mientras dirigía los caballos, y lo que es más importante,
sin que se derramara ni una gota de cerveza, aunque bueno, esto dependería más
bien de la pericia del conductor y de lo bebido que pudiera estar.
Esta cerveza es actualmente fabricada por la cervecera
Brouwerij Bosteels en Bélgica. Cuando la cervecera tuvo noticias de la historia
del tabernero Kwak y el vaso especialmente diseñado para los carretilleros, no
pudieron resistirse a la tentación de recrear la historia con evidentes fines
comerciales, convirtiéndose de hecho en una de sus señas de identidad. Y cierto
es que han cosechado un notable éxito y popularidad.
Cata:
Aspecto:
De color beige cobrizo y oscuro. La espuma que forma
en el vaso es muy densa y adherente.
Aroma:
Entre el conjunto de olores percibidos destacan los aromas a cereales, frutales, plátano, y a malta tostada.
Sabor:
Entre el conjunto de olores percibidos destacan los aromas a cereales, frutales, plátano, y a malta tostada.
Sabor:
De burbuja fina, en boca resulta bien estructurada,
aunque resulta algo densa y maltosa. Al comienzo, la entrada es sutilmente
dulce, aunque pronto se descubre su sequedad con un final amargo y regusto a
caramelo. Cuando la cerveza gana en temperatura, el alcohol muy bien integrado
en un comienzo, empieza a hacer acto de presencia, y puede resultar un tanto
cabezona, por lo que recomiendo tomarla con algo de comer. Una tabla de quesos
y ahumados, por ejemplo.
Graduación: 9º
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